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No hay final ni principio.

Mientras la incertidumbre con respecto a mi salud seguía, no podía parar de dibujar y pintar y leer y buscar información cuanto más buscaba mayor era el mundo de los mandalas y todo lo que  lo rodeaba, significados, historias milenarias, simbología, los beneficios  y usos en distintas culturas y épocas, sus distintos nombres, como trabajan en nosotros los colores las formas, su simetría, como podemos familiarizarnos con ellos y comprender que son una herramienta poderosa y a la vez simple una herramienta terapéutica que está a nuestro alcance siempre que la necesitemos.

A medida que los síntomas  iban apareciendo como la ansiedad, el insomnio, el murmullo mental, angustia, la falta de concentración, dolores y molestias en todo el cuerpo, pérdida de fuerza y hormigueo del brazo derecho, comencé sin quererlo a ser mi propia terapeuta, experimentado cuando dibujar y qué formas, cuando pintar, como y que colores utilizar y vi como de apoco,  la ansiedad, la confusión  y murmullo mental permanente, el insomnio iban disminuyendo conseguía relajarme con más facilidad y sumé ejercicios de respiración y meditaciones, no tomaba ningún medicamento solo un zumo natural de mangostán, una fruta tailandesa con poder antioxidante y beneficioso para combatir hongos y bacterias del sistema hepático y nervioso. De esta forma espere 5 meses hasta el diagnóstico que fue  Esclerosis Múltiple.

 Nunca había sentido hablar de esta enfermedad, no sabia cual era su origen si tenia cura, nada. El maravilloso Neurólogo que me diagnóstico y comenzó mi seguimiento hasta la actualidad me explicó de una forma muy clara, humana y concreta de que  trataba la esclerosis, los síntomas, que era neurodegenerativa, crónica, que no se sabe el origen, ni la cura, solo tratamientos paliativos, sobre todo por los brotes. Me receto un tratamiento con medicamentos, salí de la consulta y en el tiempo que tardé en llegar al aparcamiento, unos 5 minutos, pensé si no se sabe que me originó esta enfermedad ni tiene cura, es pura creación mía, yo lo tendré que resolver.

Llegué al aparcamiento le comunique todo esto a mi marido y en ese estado de confusión, pasamos a buscar la medicación, leí los prospectos y  guarde todo en su bolsa dentro de un armario del baño.

Como con los Mandalas empecé a investigar estudiar, todo lo que tuviera que ver con la enfermedad, una persona muy sabia en ese primer momento me dijo.» Tienes dos caminos, ser víctima de la enfermedad o tomar el control de tu vida» sin dudarlo elegí el control, aceptar la enfermedad y desde ese momento empezar a vivir con ella una nueva vida, aprender a escuchar mi cuerpo para saber lo que me quería decir y decidí No tomar Medicación farmacológica.

4 horas de meditación diaria ininterrumpida fue mi primer tratamiento durante casi 100 días, no solo me sacaron del brote también me hicieron emprender un camino nuevo.

 Esta enfermedad tiene muchos síntomas y fui encontrando en la meditación en la Geometría Sagrada en especial en los mandalas en los Símbolos milenarios los colores en la respiración consciente “soluciones” para los síntomas que iban apareciendo.

En el camino fui encontrando muchas herramientas fundamentales que se fueron sumando para contrarrestar los síntomas: actividad física diaria, cambios de hábitos, descanso, alimentación consciente antiinflamatoria y lo más alcalina posible, Flores de Bach, reiki contacto con la naturaleza e infinidad de libros de grandes maestros y todo lo que no tenga contraindicaciones .