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¿Qué son los Mandalas?

La palabra MANDALA es de origen Sánscrito, antigua lengua de la India y significa “Círculo”, “Cerco que rodea el centro” pero podemos encontrar muchas maneras de definirlo dependiendo de las civilizaciones y etapas de la historia: círculo sagrado, círculo mágico, círculo de energía, talismán, círculo de la abundancia, superficie consagrada, centro energético, centro de equilibrio, siempre encontramos este símbolo como herramienta para tratar las intenciones, transformar la energía, como símbolo de abundancia, prosperidad, protección, con fines meditativos, un esquema del mundo y de nosotros mismos.

Es una figura geométrica, su punto central es el elemento más importante del Mandala, todos los puntos se encuentran a la misma distancia del centro, el centro es fijo y todo a su alrededor está en movimiento y cambio.

No necesitamos interpretarlo, solo observar la imagen que llega a nosotros de forma inconsciente. 

Los Mandalas fueron utilizados en diferentes culturas por Chamanes, maestros espirituales, sanadores, en China, India, Tíbet, Egipto, México, Perú, en distintas épocas y culturas. Aunque hayamos crecido solos en un desierto, en una isla, en la montaña sin contacto con ninguna civilización, aparecerá el Mandala como esquema organizativo de orden y veneración,

Carl Jung decía “El Mandala es un símbolo que está en el inconsciente colectivo y es la representación gráfica visible de nuestra psiquis”. Es el principal arquetipo, como una especie de memoria biológica que se encuentra en los seres humanos”

El crecimiento de una flor, las galaxias el sistema solar, nuestras células, glóbulos rojos, átomos, una gota de agua, los círculos concéntricos del tronco de un árbol, si cortamos un limón una naranja, los ojos e infinidad de elementos  encontrarnos la forma mandálica como uno de los 4 patrones  organizativos que tiene la naturaleza para manifestarse.

Trabajar y entrar en sintonía con ellos es estar en contacto con la naturaleza y con nosotros mismos, representa la totalidad de la mente consciente e inconsciente, interactuar con ellos nos ayuda a sanar la fragmentación psíquica y espiritual a recobrar el equilibrio y reconectarnos con nuestro ser, nos lleva a un estado de concentración, relajación, expande nuestra conciencia, estimula la creatividad, talentos, intuición, conocimiento de uno mismo.

Los mandalas nos activan los dos hemisferios cerebrales, el hemisferio izquierdo analítico, organizativo que procesa la información verbal y el hemisferio derecho creativo absorbe las imágenes la parte no verbal, al conectar  los dos hemisferios cerebrales al mismo tiempo desciende el flujo de pensamientos, aumenta la concentración,relajación.

La simetría del Mandala, un círculo perfecto, forma una figura armónica y equilibrada que nos  transmite armonía y equilibrio , las imágenes entran en nosotros en un lenguaje no verbal solo tenemos que observarlos, pintarlos y ellos trabajarán en nosotros .

Este mandala es muy especial, fue el primero que pinte cuando superé el primer brote 2011.